Sr. Editor:

La atención de la diversidad de los alumnos, se está convirtiendo en uno de los principales retos de los sistemas educativos. Es un aspecto nuclear del  proceso  de aprendizaje: no puede haber una educación de calidad sin que se atienda la  diversidad de los alumnos que aprenden en un centro estudiantil.

El término diversidad no es nuevo, más bien data de mediados del siglo XX, trabajado por muchos pedagogos progresistas e investigadores de la Didáctica como ciencia del proceso docente – educativo (PDE). Wasburne, en Norte América, expresaba que era absurdo esperar resultados uniformes en un grupo heterogéneo de alumnos bajo tareas uniformes. Yasipov y otros estudiosos de la Pedagogía Contemporánea, trabajaron enfoques de algunos expertos de categoría internacional, como el norteamericano antes referenciado y comenzaron a manejar este término y a dar sus aportes científicos, en cuanto a la heterogeneidad grupal y el universo educacional. Así surgió el concepto de atención a la diversidad, hoy en día muy recurrente y polémico, que tiene como objetivo perfeccionar la educación cubana y la búsqueda de la calidad de la enseñanza.

La atención a la diversidad en nuestro proceso de educación, ha ido variando desde un enfoque del conocimiento hasta un enfoque sistémico en la formación de la personalidad, con un carácter humanista y personológico, es decir, que va más a la parte afectiva, en la que se incluyen intereses y motivaciones.

Con el transcurso del tiempo, la sociedad requiere que la atención al desarrollo individual tome rumbos especializados, porque cada cual tiene características personales diferentes, las cuales exigen de atención igualmente diferenciadas.

No obstante los planteamientos anteriores, la pedagogía tradicional y la escuela pre-revolucionaria no aceptaban la individualidad como forma creadora, sino como algo que aplastaba a todos aquellos alumnos de estamentos inferiores. Por su parte, la escuela soviética planteaba que para la formación de la personalidad y el desarrollo individual, era necesario establecer una relación estrecha entre cada individuo y la colectividad en un entorno de constante interacción social.

La pedagogía actual, especialmente la cubana, desempeña la atención a la diversidad con un enfoque sistémico en la formación de la personalidad, lo que le confiere carácter humanista y personológico.

Una de las tareas más significativas en el desarrollo del proceso docente – educativo es la atención a diversidad de los estudiantes como factor de impulso para el logro de los objetivos educacionales; por ello, además de voluntad política y recursos económicos, se requiere que el componente humano posea la preparación metodológica para hacer frente a está diversidad de caracteres, originalidades y competencia académica de los alumnos, respetando sus ritmos de aprendizaje.

Se hace necesario encontrar recursos que permitan al maestro cubano alcanzar una preparación óptima para atender a la diversidad. La vía más factible sería elaborar un proyecto de modificación curricular que permita individualizar la enseñanza y solucionar dificultades en el aprendizaje de cada estudiante.