Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Científicos identificaron el papel de una proteína viral en la generación de fugas en los vasos sanguíneos en las infecciones de dengue severo, lo que abre una avenida potencial para desarrollar el primer tratamiento para la enfermedad transmitida por mosquitos más común del mundo.  La llamada proteína no estructural 1 (NS1), una de las 10 proteínas virales secretadas por las células infectadas con el virus del dengue, es responsable de la pérdida de fluidos y del shock resultante característico de las infecciones severas y potencialmente mortales, se indicó en un par de estudios dados a conocer recientemente en la revista estadounidense “Science Translational Medicine“.

En un estudio realizado en células endoteliales pulmonares humanas y en ratones, los investigadores de la Universidad de California Berkeley señalaron que la NS1 activaba directamente un receptor de superficie conocido como TLR4, lo que lleva a las células a liberar moléculas proinflamatorias. Después, la inflamación inducida por la NS1 daña las capas de las células endoteliales humanas que recubren las paredes internas de los vasos sanguíneos y hacen que la firme barrera de las células presente fugas.

El tratamiento de ratones con dengue con un compuesto que bloquea el TLR4 redujo de manera marcada la fuga vascular. “Nuestros hallazgos muestran que la NS1 podría ser un objetivo primario en cuanto a medicamentos  y que debe ser considerada en el desarrollo de una vacuna”, dijo Eva Harris, profesora de Berkeley y la principal autora del estudio.

En otro estudio, investigadores de la Universidad de Queensland mostraron que la NS1 de los cuatro tipos de virus del dengue dañó las células endoteliales humanas y que la vacuna con la proteína puede proteger a los ratones contra el dengue severo. Los resultados indican que la NS1 se comporta como una toxina viral de forma muy similar a la manera en que ciertas toxinas bacterianas activan el TLR4 y desencadenan inflamación generalizada en una sepsis, dijo Paul Young, profesor en jefe de la facultad de química y ciencias biológicas moleculares de la Universidad de Queensland y principal autor del estudio.

El dengue, que se calcula que afecta cerca de 400 millones de personas al año en el mundo, normalmente causa una fiebre debilitante que puede progresar hasta una fiebre hemorrágica por dengue potencialmente mortal y el síndrome de shock por dengue. Cada año se diagnostican 500 000 casos de fiebre hemorrágica por dengue y se producen alrededor de 25 000 fallecimientos. Debido a que no hay tratamiento ni vacuna contra el dengue, el principal control de la enfermedad se ha centrado en reducir los sitios en los que los mosquitos se reproducen y la atención médica de apoyo a los pacientes con dengue severo es el tratamiento de reemplazo de fluido.
septiembre 10/2015 (Xinhua)

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