Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

El salto de las bacterias de su anfitrión a otro de una especie diferente puede depender de un único gen, según artículo publicado en la revista Nature.
Los animales mantienen con las bacterias relaciones simbióticas al recibir alimentos o un ambiente seguro que los protege contra las enfermedades y ayuda a hacer la digestión. Sin embargo, las bacterias también son peligrosas para los organismos, ya que pueden actuar como parásitos que causan infecciones en sus anfitriones.
Los científicos han tratado de aclarar cómo las bacterias encuentran a su receptor ideal y cómo las cepas de una misma especie pueden habitar en animales distintos. Un equipo de la Universidad de Wisconsin-Madison (Estados Unidos) ha descubierto que un sólo gen puede ser suficiente para cambiar la predilección por un receptor.
Para llegar a esta conclusión, los expertos estudiaron el genoma de dos bacterias luminiscentes Vibrio fischeri -de la misma especie- que conviven en armonía en el océano Pacífico con un cefalópodo y un pez, dos animales diferentes.
El pez es capaz de iluminar los recovecos del arrecife en el que vive y atraer zooplancton del que se alimenta por la acción de la bacteria. En el pequeño cefalópodo la bacteria desencadena la activación de un mecanismo de camuflaje nocturno que imita la luz de la luna para evitar ser presa fácil de los depredadores.
La cepa presente en el pez es incapaz de colonizar al cefalópodo, a pesar de que su material genético es muy parecido al de la otra bacteria. La estructura genética de ambas cepas se había conservado a lo largo de millones de años de historia evolutiva, pero con una diferencia clave: la bacteria que coloniza al cefalópodo posee un gen regulador que controla y activa otros genes que son los responsables de su entrada en el animal.
Estos genes responsables de la colonización, a través de la creación de una especie de película biológica están presentes en la bacteria del pez. Pero no está el que los regula, condición sin la cual no se relaciona el cefalópodo.
El gen regulador entró en el linaje de la bacteria y activó otros genes que residían en su material genético. Las bacterias pueden saltar de especie por cambios reguladores que se producen en su ADN, más que por la adquisición de numerosos genes.
El equipo apunta que es muy probable que este mecanismo se dé en diversas especies de bacterias, incluidas aquellas que causan enfermedades en los humanos. El hallazgo de estos genes -claves para la colonización de un individuo- podría ser muy importante para desarrollar tratamientos que erradiquen o mitiguen la enfermedad, indicaron.
Nature: http://www.nature.com/nature/

Fuente: Madrid, febrero 2/2009 (EFE)