Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Comer de forma excesiva puede provocar trastornos en el cerebro, lo que genera daños que podría causar diabetes mellitus, enfermedad cardíaca y otras dolencias, informaron investigadores estadounidenses.
Consumir mucha comida podría activar senderos del sistema inmunológico dormidos en el cerebro, lo que hace que las células inmunes invadan y destruyan a invasores que no están allí, reveló el equipo de Dongsheng Cai, de la Universidad de Wisconsin-Madison.
El hallazgo, publicado en la revista Cell, ayuda a explicar por qué la obesidad causa tantas enfermedades, lo que podría ofrecer una nueva forma de prevenir la afección. La obesidad es un problema creciente en el mundo. En el 2007, 1800 millones de personas tuvieron sobrepeso u obesidad. En la actualidad, los medicamentos comercializados para combatir la enfermedad sólo tienen un éxito limitado y suelen presentar efectos adversos graves.
Los estudios se realizaron con ratones, lo que demostró que la obesidad causa inflamación crónica. Esta inflamación se encuentra en dolencias relacionadas con la condición, como la enfermedad cardíaca y la diabetes mellitus. Los expertos analizaron el compuesto IKKbeta/NK-kappaB.
Las células inmunes como los macrófagos y los leucocitos emplean este compuesto que se halló en el hipotálamo -parte del cerebro relacionada con el metabolismo- de ratones y humanos. El hipotálamo es el centro de regulación de energía, escribieron los autores.
El equipo encontró altos niveles del compuesto inactivo. Cuando se alimentaron a los roedores con una dieta elevada en grasa, el compuesto se volvió extremadamente activo. Al estar activo, el cuerpo ignoraba las señales de la leptina, hormona que ayuda a regular el apetito, y la insulina que ayuda a convertir el alimento en energía.
Estimular el IKKbeta/NK-kappaB hizo que los ratones comieran más, mientras que suprimir el compuesto provocó que ingirieran menos alimentos. El equipo descubrió un eslabón clave de las enfermedades causadas por la ingesta excesiva de alimentos.
La presencia de IKKbeta/NK-kappaB en el hipotálamo podría estar relacionada con las enfermedades modernas inducidas por el exceso de alimentación y la obesidad. Los expertos indicaron que no se sabe por qué este compuesto estaría en el cerebro y en el sistema inmune, pero se sospecha que evolucionó en animales primitivos que no tenían el mismo sistema inmunológico sofisticado que los animales actuales, incluidos los ratones y los seres humanos.
Aparentemente jugó algún rol a la hora de guiar la defensa inmunológica. En la sociedad de hoy, este sendero es movilizado por un desafío ambiental diferente: el exceso de alimentación.
Eliminar el gen mediante ingeniería genética mantuvo a los ratones comiendo normalmente y evitó la obesidad. Aunque esto no puede aplicarse en las personas, se considera que un medicamento e incluso la terapia genética podrían funcionar. En la terapia genética, un virus u otro vector se emplea para transportar ADN corregido en el organismo, pero el enfoque está en etapas muy experimentales.
Cell: http://www.cell.com/

Fuente: Washington, octubre 4/2008 (Reuters)