Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Perforar intencionalmente un pulmón no parecería algo recomendable. Pero decenas de personas con falta de aire por un padecimiento que atrapa el aire en estos órganos se han ofrecido como voluntarias para probar el tratamiento.
La idea es provocar una fuga lenta del aire en los pulmones que se encuentran llenos en exceso y no dejan espacio suficiente para que la persona respire profundo. Además, el tratamiento libraría a los pacientes de una cirugía de tórax abierto.
El procedimiento se denomina desvío de las vías respiratorias, y es uno de 3 experimentos innovadores (incluido uno que inyecta determinado pegamento en los pulmones) que no buscan curar el padecimiento crónico de obstrucción pulmonar, pero sí facilitar la respiración durante los últimos años de vida de los pacientes.
Aproximadamente la mitad de los enfermos no sabe que padece una obstrucción pulmonar, un término que se usaba antes para enfermedades como el enfisema pulmonar y la bronquitis crónica. Muchas personas tienden a desestimar las dificultades para respirar, el síntoma principal, al considerarlas meramente un indicio de mala condición física o envejecimiento.
La obstrucción pulmonar acaba con la elasticidad de los pulmones. Las vías respiratorias colapsan, lo que impide la salida del aire. En una etapa avanzada de la enfermedad, resulta imposible inhalar profundamente para llevar el aire a los espacios que siguen disponibles en los pulmones.
Esos órganos necesitan atención de emergencia, decidió Joel Cooper, médico de la Universidad de Pensilvania, quien ayudó a idear una cirugía ardua, la cual corta partes del pulmón muerto de los enfermos, a fin de hacerle más espacio a la parte que sigue funcionando. Pero sólo algunos pacientes pueden someterse a esa operación.
Mediante el procedimiento de desvío, Cooper intentó algo distinto. Introduce una pequeña aguja mediante una sonda insertada por la tráquea, hasta el punto en que las vías respiratorias tienen el diámetro de un lápiz. Para liberar el aire atrapado alrededor de esas vías, el procedimiento realiza decenas de perforaciones en la pared de la vía respiratoria y en los alveolos que la rodean.
Mantiene esos agujeros abiertos con una prótesis parecida a la de malla helicoidal que emplean los cardiólogos para evitar el bloqueo de las coronarias.
Nadie sabe todavía si el tratamiento funciona. Un estudio preliminar de 28 pacientes en el extranjero sugiere que el procedimiento puede ayudar a que algunas personas respiren con más facilidad.
El primer estudio en Estados Unidos, financiado por Broncus Technologies, fabricante de las prótesis diminutas, comienza apenas en más de 10 hospitales. El objetivo es comparar los resultados en pacientes que están en una etapa avanzada de la enfermedad. Algunos recibirán el tratamiento y otros sólo creerán que se les practicaron las perforaciones.