Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Más del 90 por ciento de los focos del Aedes Aegypti se detectan en la provincia mediante las larvitrampas, sencillos pero efectivos aditamentos consistentes en un pedazo de goma de automóvil, en el cual se vierten dos litros de agua limpia, preferida por el insecto a la hora de poner.

Como tiene las condiciones elementales para su reproducción, si el mosquito aparece acudirá allí a depositar sus huevos, que eclosionan de siete a 14 días después, dando paso a las larvas, fácilmente apreciables incluso a simple vista.

El sistema de vigilancia se completa con su sistemática revisión en períodos que, en dependencia de las probabilidades de detección del insecto en el lugar, van desde una semana hasta siete, 11, 22 o 44 días.

En la provincia hay 11 mil 640 larvitrampas. Se instala una por cada 19 viviendas aproximadamente. También se colocan de manera especial en grandes almacenes, en terminales de ómnibus y ferroviarias, así como en otros sitios propicios para las ‘introducciones’ del mosquito desde el resto de las provincias.

Tras detectarse el Aedes Aegypti, durante tres días consecutivos se fumiga en las proximidades, aunque, como afirman especialistas de la Unidad Provincial de Vigilancia y Lucha Vectorial, la mejor manera de evitar la proliferación del insecto es prevenir, eliminar a tiempo los posibles criaderos.