Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Pequeñas dosis diarias de alicina, un activo metabólico del ajo, fueron efectivas en la prevención de una forma grave de hipertensión pulmonar en animales de laboratorio, según un estudio de la Universidad de Alabama en Birmingham (Estados Unidos). La forma humana de la enfermedad, hipertensión pulmonar primaria, a menudo conduce a complicaciones cardiovasculares como hipertrofia y insuficiencia cardiaca y puede llegar a ser letal.



Las conclusiones de la investigación se han hecho públicas durante el congreso Biología Experimental 2.005 celebrada estos días en San Diego (Estados Unidos).



Los investigadores proporcionaron a animales de laboratorio una dosis simple de monocrotalina, un conocido mecanismo para inducir vasoconstricción de las arterias pulmonares. En tres semanas, la mitad habían desarrollado hipertensión pulmonar crónica, que de forma destacada aumentó la presión arterial pulmonar como se esperaba. Pero la otra mitad de los animales no desarrollaron la enfermedad.



Los científicos explican que estos animales habían recibido el fármaco causante de la hipertensión pero sus dietas habían sido suplementadas diariamente durante tres semanas con pequeñas dosis de alicina. Los animales que consumieron ajo del que se había eliminado o inactivado este metabolito no experimentaron beneficios.



En otro estudio del mismo equipo de científicos presentado durante estas jornadas los investigadores muestran que el tratamiento con ajo también protegió la función vascular coronaria y disminuyó la gravedad de la hipertrofia cardiaca, dos de las serias consecuencias de la hipertensión pulmonar crónica.



Según los científicos, se necesitan más estudios para probar en humanos efectos similares de la alicina procedente del ajo. Los expertos señalan que debido a la baja toxicidad asociada a la ingesta de este alimento incluirlo en la alimentación diaria parece un razonable método especialmente en personas con patologías respiratorias y pulmonares. La cantidad de ajo que se administró para conseguir los efectos protectores en el estudio fue equivalente a dos dientes de ajo al día para los humanos.