Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Las muertes por sarampión en el tercer mundo disminuyeron un 40%, aunque sigue siendo una de las principales causas de deceso entre los niños del planeta, según un reporte difundido por la OMS y UNICEF. A pesar del número de fallecidos en los últimos años, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la UNICEF sostienen que la situación está mejorando y que a fines del 2005 el número de víctimas puede descender a unos 430 000 al año.

Globalmente las muertes causadas por el sarampión ya disminuyeron 39%, al pasar de 873 000 en 1999 a 530 000 en 2003, según las últimas estimaciones difundidas en Ginebra por estos organismos en base a los datos disponibles.

Pero esa cifra podría registrar un descenso aún mucho mayor si los gobiernos se comprometieran seriamente en ello, ya que la vacuna que evita el mal cuesta sólo 30 centavos de dólar.

África, con 252 000 muertes, es el continente más afectado, pero también el que más fuerte disminución de víctimas mortales tuvo en los últimos años, con un descenso del 46% entre 1999 y 2003, según las estimaciones.

"Progresos de tal magnitud son notables y me congratuló con los países por los esfuerzos realizados para proteger a los niños", declaró con tono satisfecho el director general de la OMS, Lee Jong-Wook. "Es cierto que con el compromiso de los gobiernos y de la comunidad internacional será posible hacer todavía más", añadió.

En los países occidentales más desarrollados, donde la tasa de inmunización es de 92%, el sarampión se convirtió en una enfermedad rara y cada vez provoca menos miedo. En el resto del mundo, cada año unos 30 millones de personas son afectadas por la enfermedad infecciosa y se registra medio millón de muertes, es decir unas 1 400 víctimas mortales por día.

El sarampión es una infección viral altamente contagiosa que mata a más niños y niñas que cualquier otra enfermedad prevenible mediante vacunación.

El virus debilita el sistema inmunológico y deja a los niños muy susceptibles a complicaciones mortales, como la diarrea, neumonía y encefalitis. La enorme mayoría (95%) de las muertes se registran en países de bajos ingresos y afecta a niños mal nutridos, no vacunados y con menos de cinco años.

Por esto, el plan estratégico de la OMS y de UNICEF es identificar a 45 países donde se concentren las actividades de lucha contra el virus. La estrategia promovida por ambas organizaciones apunta a alcanzar a cada distrito de un determinado país una tasa de vacunación sistemática de los niños de menos de un año y de ofrecer una segunda oportunidad de inmunización más tarde, para aquellos que por algún u otro motivo no pudieron vacunarse en la primera.

Es un modelo que funciona y que "puede además ser reproducido para la lucha contra otras enfermedades", afirmó la directora de UNICEF, Carol Bellamy.

El sarampión está entre las enfermedades infecciosas más contagiosas y hasta hace diez años mataba a millones de niños. Existen dos tipos de vacunas de sarampión, las que pueden administrarse con una sola dosis antígena y las que se dan en combinación con la rubéola (MR) o la rubéola y paperas (MMR).

La OMS recomienda que la vacunación infantil se haga entre los nueve y doce meses de edad. Como del 10 al 15% de las niñas y niños vacunados no quedarán protegidos con la primera dosis, se recomienda administrar una segunda.

Los primeros síntomas suelen aparecer entre una semana y doce días después de que el niño o niña se expuso al virus. Se manifiesta con fiebre, ojos enrojecidos, dolor y tos y a veces aparecen pequeños puntos blancos dentro de la boca. Entre los elementos que contribuyen a reducir la mortalidad del sarampión en África está la asociación entre el estado y entidades no gubernamentales, un sistema creado en el 2001 bautizado como Iniciativa sarampión.

La iniciativa reúne entre otros a la Fundación de las Naciones Unidas, la Cruz Roja estadounidense, los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades, el UNICEF y la OMS.

Desde el 2001 se movilizó cerca de 144 millones de dólares, suma que financió la vacunación de 150 millones de niños.

Antes de que la vacuna contra el sarampión estuviera disponible en 1962, virtualmente todos los pequeños contraían la enfermedad, y cada año en el planeta se registraban cerca de 135 millones de casos y entre 7 y 8 millones de fallecimientos.