Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Los pacientes en estado grave por el mal de Parkinson son propensos a sufrir infecciones de las vías respiratorias, debido a que tienen dificultades para toser, según fuentes médicas. En estadios muy avanzados, esta enfermedad puede debilitar la musculatura del sistema respiratorio, explicó Matthias Oechsner, médico director de la clínica de Parkinson Bad Nauheim.

Debido a que una persona con mal de Parkinson no puede expulsar de sus pulmones las secreciones bacterianas, en el caso de que se presente una laringitis, es posible que el paciente sufra una neumonía. La aparición repentina de una laringitis (aguda) puede tener múltiples causas. En general es ocasionada por virus, y a veces por bacterias. Ambos agentes provienen en la mayoría de los casos de resfríos o gripes preexistentes.

En unos pocos casos, medicamentos, polen u otras sustancias alergénicas pueden desencadenar una laringitis. Los síntomas son, entre otros, desde ronquera hasta afonía, dolor en la laringe, ante todo al tragar, y ganas de toser.

En el caso de la laringitis, el paciente debería cuidar su voz. En general sólo dura unos días y no es necesaria asistencia respiratoria.

El hecho de que el Papa Juan Pablo II haya recibido asistencia respiratoria en su primer internamiento, el pasado 1 de febrero, en la clínica Gemelli de Roma puede tener, según Oechsner, diversos motivos: podría haber aparecido una bronquitis grave o una neumonía. Pero también es posible que los síntomas de la enfermedad de Parkinson empeoraran debido a la infección, lo que hizo necesaria la asistencia respiratoria.

Un paciente con mal de Parkinson en estadios avanzados puede sufrir problemas respiratorios también sin infecciones adicionales. Pero la asistencia respiratoria es una "excepción absoluta" si ninguna otra enfermedad hace necesario esto, dijo Horst Baas, de la Sociedad Alemana de Parkinson y médico jefe del hospital de la ciudad de Hanau.