Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Por si alguien dudaba de que el olor es un fuerte estimulante sexual, un estudio publicado en 'Science' demuestra que los espermatozoides encuentran su camino hacia el óvulo siguiendo el rastro aromático de la célula femenina. El más sensible al perfume es el que tiene más posibilidades de ganar la carrera de la fecundación.



Además de aportar un dato sorprendente de nuestra fisiología, los hallazgos de este trabajo pueden tener importantes aplicaciones médicas. Conocer los mecanismos y las señales que dirigen al espermatozoide hasta el óvulo servirá para mejorar los estudios de infertilidad y los programas de fecundación 018in vitro019. Además, una segunda parte del estudio aporta herramientas para desarrollar un nuevo tipo de anticonceptivos.



Trabajos anteriores habían demostrado que los espermatozoides contienen receptores olfativos como los que se encuentran en la nariz, aunque se desconocía su función. El equipo investigador estudió uno en particular, el denominado hOR17-4. Los olores que percibimos son compuestos químicos que se unen a estos receptores. En este estudio se ha observado que este ensamblaje produce cambios fisiológicos en las células masculinas. Estas modificaciones se traducen en una reorientación de la navegación y en un incremento de la velocidad rumbo a su objetivo, el óvulo. La estimulación es directamente proporcional a la cantidad de olor. De modo que cuanto más cerca se encuentre la célula femenina mayor es la excitación y el más sensible a las emanaciones es el que tiene más posibilidades de convertirse en el ganador.



Los investigadores utilizaron algunos aromas químicos que se emplean en la creación de perfumes. Entre ellos se incluían la esencia de lirio de los valles, mezclas de regaliz, albahaca e hinojo y otros. El preferido de los espermatozoides resultó ser una fragancia conocida como bourgeonal que imita el olor de los árboles jóvenes. El siguiente paso previsto por los científicos es identificar el olor natural femenino, aunque están convencidos que se trata de una molécula con una composición muy similar a la del bourgeonal.



Por otra parte, los autores encontraron una sustancia capaz de inhibir la capacidad olfativa del esperma que proponen como futuro anticonceptivo. Este compuesto podría emplearse para impregnar el tracto genital femenino o bien para desarrollar fármacos orales para hombres.